
Nacida en Bruselas, Charlotte Lancelot estudió en el Departamento Industrial de la Escuela Nacional de Artes Visuales de la Cambre de la misma ciudad, donde se graduó con honores en 2003. Trabajó con el arquitecto y diseñador belga Alain Berteau durante dos años, para luego montar su propio estudio.
Su trabajo busca vincular la emoción con los objetos cotidianos, yendo más allá de su propia funcionalidad para traer bienestar y alegría a nuestra vida. Su enfoque resulta de un cuidadoso equilibrio entre la innovación, la función, los métodos de producción, la estética y las consideraciones sociales y ambientales.
Además de GAN, colabora con marcas de renombre internacional como WOUD, Koziol, Konstantin Slawinski, Kidslab, Easyoga, sdesign, rvb, le MUDAM.
Desde 2008, enseña como diseñadora en la Escuela Nacional de Artes ESA St. Luc Bruselas, donde los proyectos Máster de los estudiantes son una fuente de intercambio de ideas y de inspiración.
¿Qué te llevó al diseño de producto?
Crear es natural para mí. Cuando era niña, hacía ropa para mis muñecas, construía o transformaba mis juguetes y dividía en mi habitación con pequeñas cabañas. A los dieciocho años dudé entre optar por el diseño de moda o la arquitectura, antes de descubrir el fascinante trabajo de Verner Pantone. El diseño permite la combinación de elementos textiles y de diseño de interior, y refleja nuestra forma de vida. En ese sentido, el diseño me permite influir positivamente en nuestro medio ambiente y en los problemas sociales.

Tu primera colección para GAN fue en 2012. ¿Cómo conociste la marca y cómo comenzó la colaboración?
En 2006, presenté mi primer prototipo de Canevas en el Salón Satélite durante la Feria del Salone del Mobile en Milán. Mapi Millet, Directora de GAN, visitó el stand cuando yo no estaba y mostró su interés dejándome su tarjeta. En ese momento, comencé una colaboración con Ligne Roset que no funcionó. Así que contacté con GAN, que respondió positivamente y me ayudó a mejorar el proyecto técnica y estéticamente. Como diseñadora industrial, fue una oportunidad para conocer mejor la industria textil.
Con Canevas se introdujo el bordado de punto de cruz a gran escala. Tres años después se presentó Silaï, que recupera viejos patrones de bordado y busca un equilibrio en la composición. De nuevo tres años después, llega Canevas Geo. ¿Cuál es la clave de la evolución en esta última colección?
El objetivo principal de la colección Canevas era resaltar la magnificencia del punto de cruz al crear productos contemporáneos sobredimensionados con esta técnica tradicional. Para mí, fue esencial hacer una referencia a nuestro patrimonio al elegir tanto el patrón como la rosa. La eliminación de puntadas en cruz hace referencia al paso del tiempo.
El objetivo de la colección Canevas Geo ha sido explorar más a fondo las posibilidades de la técnica. Me interesa ensamblar superficies que se superpongan para crear un juego de líneas, colores y «transparencias» con una materia opaca. De hecho, la alfombra resulta del entrelazado de tres texturas creando áreas de diferente color y densidad. El color único del textil se obtiene mediante la sutil combinación de hilos de diferentes colores. Esto se revela mejor al sobredimensionar el proceso.

¿Buscas sostenibilidad en el diseño? ¿Cómo crees que la consigues en tu trabajo con GAN?
La sostenibilidad es una preocupación diaria en mi trabajo, incluso si hay que hacer concesiones. La colección Canevas está hecha al 100% de lana y sus colores son naturales. Para Silaï, sin embargo, la base natural deseada no estaba disponible, pero las alfombras están hechas a mano, lo que aporta un valor añadido al producto que reduce la energía gris.
¿En qué otros proyectos estás trabajando en este momento?
Con GAN, estamos trabajando en varias colecciones, como una con nudos y otras dos tejidas. También está en marcha una colección pensada para el aire libre.
Además, estoy trabajando en muebles hechos de madera y en un estampado, para una colaboración con la marca danesa WOUD.
